IRONGRAVEL


" Toda dificultad eludida se convertirá más tarde en un fantasma que perturbará nuestro reposo" 

"¿Qué es el gravel? El gravel es una modalidad de ciclismo que se práctica sobre una bicicleta que se parece en su geometría a las bicis de carretera de gran fondo, también con manillar curvo, pero con el cuadro y las ruedas adaptadas para poder ser utilizadas también fuera del asfalto.
Su hábitat natural son las carreteras alejadas del tráfico, sin importar su estado de conservación, y sobre todo las pistas de grava o arena". (www.sanferbike.com)


Como muchos sabéis llevo unos días dedicado a la bici de "gravel" y la verdad es que me encanta. Me gusta la sensación de libertad que da rodar por caminos apartados de las carreteras, me gusta la seguridad de rodar lejos de los coches y me gusta la posibilidad de llegar en bici a muchos sitios espectaculares que no sabía ni que existían. 


Y, no hablo de irme a sitios lejanos. Habló de coger la bici en casa y salir a montar por el Castillo de Viñuelas, El monte de El pardo o el Paque Nacional de Guadarrama. Hace poco nos hemos mudado de Montecarmelo a un chalet en Tres Cantos y aunque está relativamente cerca, se me ha abierto todo un mundo de posibilidades para rodar con este tipo de bici.  

Todo esto viene a que, con mi habitual tendencia a no poder "estar quieto", hizo que cuando descubrí que había una prueba de gravel en la zona de Alicante. Zona que conozco por haberla recorrido en bici de carretera, y que además, se llamaba "Irongravel", me apuntara sin saber muy bien donde me metía. 


El viernes salía para Busot (Alicante) después de terminar mi jornada laboral y el viaje fue rápido. Sobre las 20 h estaba recogiendo mi dorsal. 


Allí conocí a Miguel Ángel, el organizador, y empecé a darme cuenta de dónde me había metido. Me comentó que si había hecho muchas pruebas de gravel y le dije que no, pero que había hecho otro tipo de pruebas extremas como Ironman, Ultraman, UTMB, Marathon de sables, etc. Sonrío y me dijo que Irongravel, no me iba a "decepcionar". Me remarcó que era "Iron" hasta el final y no "baby"...que ya descubría yo mismo el porqué. Me presentó a Manuel, que me ayudó a configurar el GPS, ya que una de las características de la prueba, como muchas de gravel, es que el recorrido no está marcado, sino que te dan un track que debes meter en tu GPS y seguirlo durante toda la prueba. 

Ya en el apartamento que tenemos en La Cala de Finestrat, preparé la bici y me acosté pronto, ya que el despertador sonaría a las 4 a.m (la carrera empezaba a las 6 a.m).


Me levanté con ganas y animado. La aventura que me esperaba me apetecía, aunque todavía no fuera consciente de lo duro que se me iba a hacer. Como anécdota, comentar que le dije a Miguel Ángel que le compraba una camiseta de "Irongravel" y me dijo que me la "dejaba" con la condición de que si no acababa se la tendría que devolver y si acababa, la podría considerar como la camiseta de "Finisher" que dan en pruebas como el Ironman. 



Había tres distancias; 55 ,110 y 180 km. Yo, por supuesto, haría la más larga, la de 180 km. El desnivel era desproporcionado (me salieron casi 5700 m).

Nosotros seríamos los primeros en salir y éramos apenas 40 participantes. 

Ya en los primeros kilómetros subíamos un puerto de 14 kms. Aviso de los que nos esperaría más adelante. 



Los kilómetros se iban sucediendo y yo tenía la impresión de que no dejaba de subir en ningún momento. A cada subida, venía una pequeña bajada y otra subida cada vez más empinada, así se sucedían los kilómetros. Iba rodando en un grupo de cuatro y empecé a hablar con Hernán, un chico que también hacía triatlón. Se había casado en Kona (Hawaii) y su sueño era clasificarse para el campeonato del Mundo Ironman en Hawaii. Yo le dije que ya había estado y estuvimos hablando muchos kilómetros. Muy majo. 


En la subida a Confrides (km 120), me quedé sin agua y tuve amagos de calambres en los cuádriceps, por lo que decidí bajar el ritmo. Para colmo el GPS se me quedó sin batería y el cable que llevaba para cargarlo con el powerbank no servía (primera lección aprendida, el comprobarlo antes). 


Llegué a duras penas al avituallamiento de Confrides. Allí Hernán me dijo que saldría rápido. Yo le dije que iba a estar un rato para hidratarme bien y ver si conseguía un cable para cargar el GPS. 


Estaba claro que era una prueba que había "infravalorado". 180 km en gravel por el campo no es lo mismo de 180 km por carretera. Además, la orografía de Alicante es especialmente abrupta. No es casualidad, que dicen que es la segunda provincia más montañosa de España después de Asturias.


Conseguí un cable para el GPS y salí del avituallamiento con David, un chico de Alicante, ingeniero  que trabajaba en una empresa que fabricaba ascensores. Su hermando iba por delante y él este año había venido a ver si conseguía acabar la prueba porque el año pasado no pudo. Yo le dije que iríamos juntos y que, estando conmigo, no le cupiera ninguna duda de que acabaríamos, je,je. 


El caso es que las subidas no dejaban de sucederse una detrás de otra, alternando algún tramo de bajada, que por supuesto, se hacían muy cortos. 


Así, charlando y pedaleando llegamos al tercer y último avituallamiento en Orxeta (Km. 155). De allí salimos con Manuel, que ya había participado otros años y se conocía el recorrido de memoria. La verdad es que fue un buen "fichaje". Poco a poco íbamos subiendo y bajando montañas. El paisaje era precioso y sobrecogedor. 


Los últimos kilómetros no son fáciles y cómo se dice vulgarmente "hasta el rabo todo es toro". No podíamos confiarnos ni un segundo, ya que una caída o una avería mecánica en este momento podría dar al traste con todo lo conseguido. 


Nos quedaban sólo unos 10 kilómetros, cuando nos encontramos con un camino más apto para bici de montaña que para gravel. Yo, ya había tenido un "susto" con la rueda delantera en una bajada donde me lancé demasiado y estuve a punto de tener un susto grande, ya que impacté contra una piedra, perdiendo todo el aire la rueda. Tuve que parar e hincharla con una bombona de Co2 y parece que de momento, aguantaba.


Por fin y al cabo de más de 13 horas, llegamos a Busot, de donde habíamos partido a las 6 a.m. Nos recibió Miguel Ángel y lo primero que hizo fue preguntarme por mi opinión. Le dije, que ahora entendía porque éramos tan pocos en tomar la salida, y era por la extrema dureza de la prueba y me recordó que por algo era "Iron" y no "babygravel" je.je. Nos dio la insignia reservada sólo a los "finishers" y le dije que me había ganado la camiseta que me había dado por la mañana. 


Como resumen, es una prueba que me ha sorprendido y encantado a partes iguales. Es 100% recomendable. Pero eso sí, no es para todo el mundo y cómo diría Miguel Ángel, no buscan ser una prueba masiva sino ser una prueba "IRON". Si lo que queréis es una prueba de gravel con gente fantástica (tanto por el organizador y su familia como por los participantes), un recorrido extremo y una experiencia inolvidable. Esta es vuestra prueba. 

Aquí os dejo un video muy chulo de la misma. 



Gracias y ya sabes, si buscas un entrenador de triatlón "on line", titulado. No dejes de mandarme un email a: luis.arriba@gmail.com (precio 39€/mes). 

Un saludo, familia!!


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